La iluminación de los lugares de trabajo deben permitir que los trabajadores dispongan de condiciones de visibilidad adecuadas para poder desarrollar sus actividades en buenas condiciones.
La iluminación de cada lugar de trabajo debe adaptarse a las características de la actividad que se efectúe en ella. Siempre que sea posible tiene que haber iluminación natural.
Los sistemas de iluminación deberán distribuir la luz lo más uniformemente posible, evitando los deslumbramientos directos e indirectos y los efectos estroboscópicos (efecto óptico que produce el movimiento ilusorio...). Para ello, debemos aplicar lo siguiente:
1. Las ventanas deberán ir equipadas con un dispositivo de cobertura adecuado y regulable para atenuar la luz del día (persianas, cortinas o mamparas).
2. En el diseño de los puestos de trabajo se recomienda para evitar reflejos y deslumbramientos, orientar el puesto de trabajo de espaldas o paralelo a las ventanas.
3. La luz artificial general que se coloque en el centro de trabajo deberá planificarse para que el efecto de solapamiento de las iluminarias no cree sombra ni deslumbramiento.
4. Se aconseja que las superficies de trabajo sean mates.
En los lugares de trabajo en los que un fallo de sistema de alumbrado suponga un riesgo para la salud y la seguridad de los trabajadores, se dispondrá de un alumbrado de emergencia, de evacuación y de seguridad.
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