miércoles, 20 de mayo de 2015

Mobbing en empresas.

El mobbing o psicoterror laboral es un término cada vez más presente en nuestro entorno de trabajo y que define un tipo de acoso cuyo principal problema está en el hecho que sus víctimas no son conscientes de que lo padecen hasta que es demasiado tarde para encontrar una solución.

¿Qué tipo de entornos de trabajo y qué tipo de empresas son más propicias a albergar situaciones de mobbing?
El mobbing puede aparecer, obviamente, en cualquier tipo de organización, pero en mi opinión está especialmente presente en dos ámbitos: la Administración pública y las multinacionales.

En las multinacionales ocurre que la propiedad de la empresa, el centro de decisión, está a mucha distancia geográfica, física e incluso cultural, lo que favorece la aparición a nivel local y en niveles intermedios de personajes que crean sus propias parcelas de poder a través del acoso. Y en la Administración se da una cierta «patente de corso» para ejercitar el poder que no sería posible en la mayoría de empresas privadas. La total seguridad del puesto de trabajo otorga cierta libertad de actuación al perverso.

¿El acosador acostumbra a tener un objetivo profesional o ataca por el mero placer de ejercer su poder?
Yo creo que en el mundo de la empresa los acosadores tienen una cierta planificación de su futuro profesional y arremeten contra cualquiera que pueda suponer un obstáculo en ese plan, intentando hacer todo el daño que pueden. Saben identificar a aquellas personas que se pueden interponer en su camino y van a por ellas tanto en el plano profesional como en el personal.

¿Cómo se distingue una situación de mobbing de otra en la que sólo hay estrés y presión en el trabajo?
En un sector tan competitivo como el de la automoción, por ejemplo, no todos pueden decir que estén siendo acosados, pero sí pueden decir que tienen una presión y un estrés extraordinario. ¿Cómo identificar si esto va acompañado de acoso moral? Hay varios síntomas: por ejemplo, que una misma persona sea siempre el objeto de la presión. O que nunca haya testigos cuando el acosador ataca a su víctima, mientras que en presencia de otras personas asegura tener una buena relación con ella.

Todo eso debe hacer sospechar que hay algo más que la presión normal del trabajo. La clave es que el acosado está en el punto de mira y hay diferencias claras en la comunicación del acosador hacia él y hacia los demás cuando habla de él.
¿Qué puede hacer la persona que sufre el mobbing para intentar contrarrestar la situación?
Hay que registrar cada ataque, guardar las comunicaciones escritas... El problema es que para llegar a hacer eso, para tomar esa actitud, hay que estar fuerte mentalmente y ser consciente de que te están atacando, y para eso suele ser necesario la ayuda de un profesional externo que nos indique qué hacer en cada momento. Sin ese apoyo, es fácil sentirse indefenso.

También son importantes los apoyos internos. Yo creo que no es nada descabellado intentar que los compañeros de trabajo de la persona acosada puedan verse con el profesional externo, el psicólogo, para que les explique qué es lo que está pasando. Eso le da más credibilidad a la víctima y pone en alerta a sus compañeros sobre cómo reconocer las acciones del acosador.


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